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domingo, 24 de enero de 2010

Se acaba el tiempo



Miro mi vida,
y me he dado cuenta que se me acaba el tiempo,
y me preocupa en grave manera,
que nadie llore sobre mi tumba,
que nadie me diga adios cuando parta hacia ese gran viaje.

Miro mi vida,
y siento como si estuviese al otro lado del espejo,
como si nada de lo que he vivido, ocurrió,
como si mis palabras se las llevara el viento,
como si predicara en el desierto,
como si no tuviese, camino, esperanza e ilusión.

Miro mi vida,
a veces, con despecho, otras con agonia, otras con ilusión,
hago lo que hago, y a veces no se el porque,
porque ando en la prisión del trabajo,
porque soy esclavo del amor,
porque como con agonia,
porque me gusta sentir aquella canción.

Será quizas que los leotardos de la convivencia,
me ahogan hasta la inesistencia.

O que la rutina, hace hincapie en todas sus condiciones.

Será, porque el horizonte cercano, cada vez está más cerca,
o porque lo que voy coleccionando, dia a dia,
va callendo en saco roto, y callando en la oscuridad.

Miro mi vida,
y quiero llenarla de sabia locura, y hermosa cordura,
quiero llenarla de confeti,
para lanzarlos al aire, cuando me beses, cuando me abraces,
cuando sepa de ti, cuando aun estés conmigo, mi vida.

Miro mi vida,
como un recorte del periodico,
como un recorte presupuestario,
como una parte narrada de la historia,
como ese cero pelotero que me asignaron aun sin saber porque

Miro mi vida,
como lo que és, como el estandarte de un lujoso ente,
como un recital de un publico dificil,
como una suma al cuadrado,
como un cuadrado de sumas.

Miro mi vida, como la libertad que se lleva el diablo,
como la carretera que se funde con el calor del invierno,
como la carretera que indica la meta,
como la población que cubre el censo,
como la ilusión de cuatro estaciones.

Autor: Fco. Peiró

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