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domingo, 24 de enero de 2010

Dejo la puerta abierta



Se me acaba de ocurrir,
que me voy, que me marcho,
por eso dejo la puerta abierta,
al compromiso, a la herencia, a la herejia,
a la prepotencia, a la superioridad.

Se me acaba de ocurrir,
bajo la semilla del pensamiento,
bajo la raiz del fruto prohibido,
del caliz bebido,
de la eterna juventud,
que solo el tiempo la pueda,
de la eterna axactitud,
que solo los errores,
la hieren.

Se me acaba de ocurrir,
unos epitetos que aun no se lo que son,
y unos mamotretos que son lo que su propia palabra, especifica.

Y son, lo que son,
las montañas con sus entrañas,
los rios con sus salpicaduras,
los lagos con sus espejos,
las aves con sus parejas,
los grillos con sus cantes,
y las bailarinas con su arte.

Se me acaba de ocurrir,
un concierto de soledades,
que al unisono forman compañias,
compañias de soldados que forman ejercitos,
ejercitos que hacen patria,
estrellas que hacen pupa.

Y son lo que son,
oidos para sentir,
temple para palidecer,
mejillas para sucumbir,
dedos para deleitar,
promesas para cumplir.

Se me acaba de ocurrir,
un cielo que siempre sea azul
una noche siempre llena de estrella
tu rostro lleno de sonrisas,
tus manos llenas de sompresas,
y el oro de tu mirada,
cuando me miras,
y la plata de tus suspiros,
cuando te acaricio.

Y son lo que son,
con su blancanives y enanitos,
con su bella y su beista,
con su ciento y pico dalmatas,
con un quijote cuerdo,
y un sancho estudioso.
con una calavera en la mano
y la otra mano en mi calavera.

Autor: Fco. Peiró

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